Nochebuena en Disney World


Disney World, ‘el lugar donde todo se hace realidad’, es intenso. Demasiado. No hay momento para el aburrimiento, Sí para el estrés. Plástico, piedra, realidad, ficción, el mundo imaginado más grande del planeta se une durante estos días al club global de la Navidad. Organiza innumerables actos, en cualquiera de sus cuatro parques:Magic Kingdom (el primero, el del famoso castillo de Cenicienta que Walt Disney no llegó a ver construido porque murió pocos meses antes),Epcot (el tecnológico), Hollywood StudiosAnimal Kingdom. Un baño de imaginación, de luces, de fuegos artificiales, de, de, de… Tan excesivo, como deslumbrante, inabarcable y mágico.

En días como hoy, se agradece sentirse niño, aunque sea dicho de paso, con algún dólar que otro en el bolsillo. “No me importa lo que me gaste, mis hijos llevan toda la vida queriendo venir a Disney World y por fin lo hemos logrado”, admite sonriente Sahed, un bangladesí de 72 años. “Hemos venido toda la familia a celebrar la Navidad juntos. En momentos así no se puede estar separado” añade su esposa Aasiyah. Sus tres hijos pasan ya los 50 años. Sus, hasta ahora siete biznietos, tienen entre dos y 10 años. “Ha sido el viaje de nuestra vida”, admite la feliz pareja.

Gospel

Se quedan impactados con una actuación góspel navideña en Epcot, el parque tecnológico de Disney World. “Nunca había visto nada semejante”, confirma boquiabierto Sahed. La voz rasgada y profunda deMamyrah penetra en el ambiente y se cuela hasta la punta de los pies.

Parece que la letra habla de Jesús, de su bondad y de su nacimiento, por cierto, alumbramiento trasladado a estas fechas por la religión ya que los arqueólogos opinan que vino al mundo en marzo. Pero, “lo que en verdad querían dar nuestros ancestros de raza negra con estas canciones profundas eran pistas de cómo escapar de los blancos en los estados esclavistas del sur, rumbo al norte”, explica la celestial Mamyrah. Se trataba de un mapa para buscar el tesoro, la libertad.

Muchas navidades tuvieron que pasar para que se pusiera fin a este comercio de esclavos africanos traídos al Nuevo Mundo para levantar parques temáticos. Hoy, las distintas regiones del mundo implicadas, y otras más, se reúnen a orillas del gran lago de Epcot, donde cada noche tiene lugar el colosal espectáculo de luz y sonido ‘Reflections on Earth’. Dentro de sus pabellones, artesanos traídos de todos los rincones del planeta, participan en diferentes mercadillos navideños.

Reinhard Herzog, un alemán especialista en cristal, lleva desde el día 24 de noviembre soplando coloridos y frágiles adornos para el árbol. “Estoy por aquí un mes y lo paso bien. La Navidad en mi país es fría, muy fría, y aquí se está de maravilla. Este año me vuelvo ya para Alemania, pero el que viene me traeré a mis hijos. En Europa tenemos muchosprejuicios sobre Disney World y es para verlo”, manifiesta Reinhard mientras moldea una bola con una espátula. Sus compañeros de pabellón le dicen que termine ya que hay que ir a ver a Brian Dennerby, actor, escritor, director y productor que actúa en el Festival de Narraciones a la Luz de la Vela.

Demasiada Navidad

Las posibilidades navideñas de los cuatro parques son inalcanzables. En el salvaje mundo de Animal Kingdom, el tercero de los parques de Disney World, los visitantes pueden admirar una versión navideña del desfile diario, ‘Mickey´s Jingle Jungle Parade’. Como norma impuesta por la sociedad, el que lo desee puede además fotografiarse con el ratón más famoso de todos los tiempos, con sus amigos y con su chica, junto a los pies del gigantesco árbol de Navidad del Camp Minnie-Mickey.

Para terminar el más que sucinto recorrido por los cuatro parques de esta gran ciudad de la diversión, no hay que perderse el espectáculo de luces andantes de Disney’s Hollywood Studios. Cada edificio, cada rincón de cartón piedra y cada tendero de la esquina están adornados con luces, ángeles, renos y demás figuras navideñas.

Decenas de máquinas lanzan nieve (de mentira) a diestro y siniestro. Al mismo tiempo, un centenar de angelitos cantan juntos al compás infinidad de villancicos navideños del cancionero popular internacional. Disney World puede ser muchas cosas, pero ante todo es surrealista. ‘Un mundo de imaginación’ donde los androides, los actores, la tecnología, la multiculturalidad, el color y las grabaciones hacen a uno feliz. ‘Un mundo donde todo puede hacerse realidad’, y ahora en Navidad, más.

Via: El Mundo

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